lunes, 3 de agosto de 2009

Martin Luther King YO TENGO UN SUEÑO

Silencio como alimento de vida



“Pues sólo existe una gran aventura y es hacia adentro, hacia sí mismo”
(Henry Miller)


INTRODUCCIÓN:
UN CUENTO PARA INICIAR

“Había una vez un hombre a quien ver su propia sombra lo contrariaba tanto que era tan infeliz con sus propios pasos que decidió dejarlos atrás. Se dijo a sí mismo: simplemente me alejo de ellos. De tal modo se levantó y se fue. Pero cada vez que apoyaba un pie y daba un paso, su sombra fácilmente lo seguía. Entonces se dijo: “Debo caminar más rápido”. Caminó entonces más y más rápido, caminó hasta caer muerto. Si simplemente hubiera caminado hacia la sombra de un árbol, él se habría deshecho de su sombra. Pero no se le ocurrió”

NUESTROS TIEMPOS

Esta es la situación de mucha gente de nuestros tiempos. Estos tiempos no son ni mejores ni peores. Son sólo tiempos diferentes. Nuestros tiempos tienen muchos aspectos buenos: la sensibilidad hacia los derechos humanos, el emerger de la mujer como sujeto de la historia; el sentido de solidaridad internacional; la búsqueda del bienestar y de la dignidad humana, el paso del régimen la razón a la preocupación por los procesos afectivos. En el plano religioso, se despierta una profunda sensibilidad por lo trascendente y lo simbólico...

Sin embargo, nuestros tiempos albergan también rasgos problemáticos. Parafraseando a José Ortega y Gasset, podemos decir que “lo único que sabemos es que no sabemos que es lo que está pasando. Sólo sabemos que hay crisis”. Una de las características de esta crisis es el reduccionismo antropológico en el que la persona humana viene vista y tratada como un conjunto de necesidades primarias y fisiológicas que representan un intercambio entre el sujeto y su ambiente (comida, casa, ropa, respiración, bebida, sueño...) No hay duda que estas necesidades son indispensables para la supervivencia..

Pero, el hombre de nuestros tiempos debe aceptar que, a parte sus necesidades primarias, tiene también otros tipos de necesidades, las psicológicas, sociales, existenciales y espirituales. De entre ellas, hoy quiero citar una, la necesidad que tenemos todos, de silencio, descanso, encuentro consigo mismo, necesidad que satisfacer a través del silencio y de la contemplación.

EL CAMINO HACIA LA EXTERIORIZACIÓN

La persona humana inicia su vida con nueve meses de silencio completo en el seno de su madre. Y la termina con una eternidad de silencio en el seno de la madre tierra, de la naturaleza (en el seno de la madre Dios, para los creyentes) Este silencio no es un tiempo de inactividad. En este momento el infante no usa sus sentidos, pero está en relación profunda con todo lo que lo circunda. Es allí que se prepara para enfrentar los más de cien años que le tocan vivir.

Cuando el hombre se despertó a la existencia estaba, a la vez, totalmente presente a sí mismo y al mundo. Tenía una conciencia directa de sí mismo. Su presencia en el mundo era silenciosa. Poco a poco el mundo exterior, inmediatamente fue imponiéndose a su conciencia. Se hizo así cada vez más distraído, ausente de sí y del mundo real. Al ir llenándose de cosas, fue perdiendo conciencia de su propia intimidad y profundidad. Se inició así el proceso de “desinteriorización-exteriorización”, desde el primitivo y profundo núcleo silencioso

Esta ida hacia fuera se caracteriza por:
- un camino de desposesión interior y de cosificación (alineación donde la persona vive fuera de sí)
- una reconstrucción propia desde a fuera, creando así un hombre exteriorizado y ruidoso. Al respecto, decía Pablo VI: “nosotros, hombres modernos, estamos demasiado extrovertidos, vivimos fuera de nuestra casa, e incluso hemos perdido la llave para volver a entrar en ella” .

Con ello, el hombre se va proyectando hacia el exterior, saliendo y alejándose de su centro. Así cada vez, sabe menos quien es y qué son las cosas que lo rodean. Va ignorando su identidad, su riqueza interior, su profundidad, su naturaleza humana-divina, su misterio... El silencio sirve, entonces, para recobrar la identidad perdida.

MIEDO AL SILENCIO

El hombre de hoy elude el silencio, porque tiene miedo de su sombra y de la propia profundidad. Cada vez que intenta aventurarse en el mundo del silencio, surgen semillas del pasado, fantasías, temores, ansiedades. Los asuntos pendientes de su vida llaman a la puerta de su alcoba más íntima. En el silencio se hace presente el pasado, con situaciones, relaciones, personas, objetivos... no vividos ni asumidos, que piden de ser identificados y afrontados. El hombre tiene miedo de encontrarse consigo mismo, en un contacto directo con su profunda y verdadera situación.

Atemorizado por el estar consigo mismo, prefiere llenarse de demasiadas actividades (lectura, estudio, trabajo...) que lo distorsionan hasta romperlo. Se cansa tanto que se dispersa, se aleja de sí mismo, se separa de su corazón, y se hace extraño a sí mismo. Prefiere ahogar su mundo interior, evadir y tapar su dolorosa realidad con la ilusión de que ya no existe. Así, transcurre toda su vida: corre, corre y corre, hasta explotar.

El precio por todo esto es muy alto:
- Aparecen cada día enfermedades nuevas y extrañas, que atañen al corazón humano.
- En muchos casos, el hombre y el mundo de hoy se encuentran más deshumanizados.
- En las relaciones interpersonales hay más pobrezas y violencias
- En las casas, metro, autobuses, oficinas, escuelas… se nota siempre poca alegría, poca paz interior, poca Vida Plena
- …

EL RUIDO

Hoy en día, hay mucho ruido. Todos participamos de este ruido que es expresión del llamado “progreso”. Un ruido que desequilibra tanto que crea en las personas “una insuficiencia vital” que se puede traducir en preocupaciones, desequilibrios emotivos... Este ruido exterior es la proyección de nuestro mundo interior. “Los problemas externos que atormentan al hombre son, en realidad, proyecciones de los problemas internos que no fue capaz de resolver en su corazón y en su mente” . Así que el ruido interior invade el espacio exterior. Podemos afirmar así con Nicolás Caballero que “el ruido, el caos, no es la causa, ni siquiera el efecto, de la enfermedad del hombre de hoy; es la misma enfermedad” .

Hoy el hombre vive inquieto y agitado, perdiendo a sí mismo. Lo que lo lleva a la búsqueda de distracciones siempre más fuertes, para ahogar el sentido de inutilidad y de vacío existencial que lo asaltan: columnas de carros en las autopistas, discotecas super-llenas, gente en las calles para matar el tiempo... El hombre ruidoso crea distancia, consigo mismo; con el mundo de las personas; con el mundo de las cosas; con Dios.

Según un articulo publicado por John Leicester, en el diario “clarín” de Buenos Aires, Argentina, del Jueves 5 de febrero de 2004, Europa sale a combatir el ruido en las grandes ciudades, el 75% de los europeos vive sometido a niveles de ruido - de los automóviles, aviones y trenes - superiores a los aceptables que contaminan verdaderamente las ciudades y enferman a sus habitantes.

Se trata de una verdadera campaña para reducir el ruido. Y la industrialización y el transporte moderno han agravado el problema del ruido. El 75 % de la población europea, más de 376 millones de habitantes, vive en áreas urbanas, donde el nivel de ruido es el máximo.

Un 40% de los habitantes de la UE (150 millones de personas) están expuestos a un nivel de ruido por el tránsito motorizado superior a los 55 decibeles. Y un 30% es víctima de un nivel de ruido nocturno que le dificulta el sueño. Según la organización de salud de las Naciones Unidas, una prolongada exposición al ruido crónico contribuye a la hipertensión y a los males cardíacos, y puede afectar la salud mental.






UNA PREGUNTA

Frente a todo este ruido, nos preguntamos con el profesor Eugenio Fizzotti, uno de los mejores discípulos y estudiosos de Víktor Frankl: ¿qué quiere el hombre de hoy, que en el fondo es el hombre de siempre?

Nos parece que el hombre de hoy deberá iniciar por preocuparse, y esto es responsabilidad de todos, por construir un mundo que sea humano, y donde tienen todavía sentido el amor, y no solo a los demás. Ni la ciencia, con sus grandes pasos, con sus descubrimientos sensacionales, y con la ilusión de una “supervida” futura, logra hacer del “desarrollo tecnológico” un espacio de Vida Plena. Nuestra convicción es que “...el silencio es el lugar de esta construcción de “un mundo humano, un mundo de amistad, de amor, y de Vida Plena”.

NUESTRO CONCEPTO DE LA PERSONA HUMANA

La persona humana es un ser abierto. No es ni el hombre-individuo del liberalismo, ni el hombre-masa del comunismo. Es el hombre-en-relación, con Dios, con el otro y consigo mismo. La persona se realiza, llega a su plena madurez, en cuanto se pone en relación con. Porque el hombre es constitucionalmente, “relación con”. “Sólo en la relación el hombre logra ser hombre”. Vivir es entrar y estar en relación con. Como bien lo afirma Pierre Vilain: “Lo humano surge únicamente de la relación con los demás” . Sin embargo, “no hay intimidad con los demás sin intimidad con uno mismo” .

EL TIEMPO “KRONOS” Y “KAIROS”

Para los griegos, el manejo del tiempo se dividía en dos, Kronos y Kairos.

Kronos es el tiempo que se mide con el reloj, y se anota en la agenda. Es el tiempo en cuanto cantidad. Kairos es el tiempo en cuanto calidad, momento de celebración, de descanso creativo. Es el tiempo sin medida, que sirve para satisfacer y darle sentido al Kronos. Ese tiempo es menos productivo, pero muy creativo. Es el tiempo no programado, imprevisto, del día libre, de vacaciones, y de silencio. Es un espacio divino en la cotidianidad.

Mientras el Kronos dispersa, es un desgaste de energía de vida, el corazón humano necesita el tiempo Kairos para recuperarse, reunirse y rehacerse. El Kairos nos invita salir de nosotros mismos y nos da salud. Mientras más Kairos haya, menos enfermedades habrá. El Kairos nace del corazón y conduce al corazón. Nos lleva del mundo pequeño del hombre hacia el Universo. Toda la vida es una tensión entre Kronos y Kairos, una tensión que le da sentido y calidad.

ÁFRICA Y EL SILENCIO

La experiencia de la iniciación africana, en la que un niño pasa a ser adulto en el corazón del bosque, es una experiencia de separación y de muerte, muerte a la infancia para nacer a la vida adulta. El inicio de esta experiencia está marcado por el dramático momento de desgarramiento solemne. Se trata de la ruptura de los jóvenes para con su pueblo, sus familias, y sobre todo, para con sus respectivas madres, para ser llevado al silencio de la selva, donde se aprenderá a escuchar la voz de los ríos, de las hojas, de las fieras, y sobre todo las voces de su interior y de su corazón, la voz de los antepasados.

El niño será separado de su madre como fue separado de su seno al nacimiento, con el corte del cordón umbilical. Va a pasar a otro estado fetal, en el seno natural del bosque, ruptura vivida como muerte simbólica. En varias tribus, la experiencia se termina pasando un buen tiempo en el seno de una tumba, en el silencio de la tumba. Si la tumba simboliza la muerte, pasar un buen rato en una tumba habla del silencio como un momento de muerte para vivir una vida nueva.

LA LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL Y EL SILENCIO

Víctor Frankl, el psicólogo que pasó 3 años en los campos de concentración, nos dice que “el hombre de hoy necesita inventar nuevos tipos de actividades”. Para poder re-encontrar el significado de su propia vida, cada humano debe tener sus momentos diarios de “desierto”. Necesita de un pedazo de desierto en cuál refugiarse para encontrar a sí mismo. Necesita detenerse un poco para reflexionar sobre sí mismo.

De los valores que son vías al sentido a la vida, Frankl distingue tres.:

Los valores de la creación. Es la capacidad de trabajar y de producir. Consisten en lo que el hombre da al mundo, ejerciendo su capacidad creativa. Quien, con su trabajo no da nada al mundo y no expresa su singularidad y su irrepetibilidad se manifestará siempre insatisfecho y puede perder el sentido de la vida y caer en el vacío existencial.

Los valores de la experiencia. Es la capacidad de saborear. Consisten en lo que la persona recibe del mundo, de fuera de sí, en término de experiencias de encuentros con la naturaleza (contemplación, arte, cultura...) o con otras personas (amor) Esto implica la educación al silencio, a la soledad, y a la capacidad de establecer relaciones claras consigo mismo.

Los valores de actitud. Cuando la realización de los valores de la creación o de la vivencia es imposible por situaciones de la vida - un destino ineludible e inevitable, experiencias trágicas -, se puede dar siempre un sentido a la vida, asumiendo una actitud frente a esa situación. No le toca a la situación, sino al hombre dar un sentido a cada experiencia. La vida nos propone siempre una última oportunidad El hombre debe saber asumir una actitud justa frente al dolor ineludible

Me parece que los dos últimos tipos de valores de la logoterapia aluden al silencio como espacio de experiencia y de actitud.

EL SILENCIO COMO INTIMIDAD CON UNO MISMO Y COMO CURACIÓN

El silencio está al centro de la vida humana. Es una realidad muy humana y bienhechora. Es “un clima para reconstruir lo interior y lo exterior” . Es un regreso a nosotros mismos. Sólo en el silencio, la persona se halla, se encuentra, y se revela a sí misma. El silencio ayuda a que el hombre se recobre a sí mismo, y a que no se enajene. Representa así, una ventaja sobre la deshumanización en la que habitualmente se encuentra el hombre de nuestra sociedad.

El silencio es también como un nacimiento, porque en él, algo se gesta y se madura. Cuando una situación dolorosa nos visita en el silencio es buena señal. Es señal de nuestra apertura y de nuestra disponibilidad para recibirla, y es importante que cuando venga nos encuentre en casa. Sólo así podremos ir al encuentro profundo con nosotros mismos y con el otro, en el amor. De esta manera, durante las horas de silencio eliminamos las toxinas que intoxican nuestra vida y recuperamos la salud.

Lo contrario del silencio es la evasión. Quien no puede tener silencio se ha jubilado como persona y comienza automáticamente a ser una cosa. Por tanto, “el silencio es imprescindible si la persona quiere crecer y si quiere ahondar en su relación con todo” . Y es que “el silencio nos permite tener acceso a la fuente de todo lo humano; el silencio construye la persona, abriéndole el camino hacia ella misma” . En consecuencia, el silencio favorece también la creatividad, porque nace de un progresivo encuentro de uno consigo mismo.

TIPOS DE SILENCIO

Existen varios tipos de silencio:

1. Silencio Ambiental: Si el ambiente es todo lo que nos rodea (cosas, objetos, personas, estímulos sensoriales: ruidos, voces, olores...) y la atmósfera (ambiente de paz, confuso, agitado...), en el primer silencio se trata de dominar el ambiente, retirarse de él, para facilitar el fortalecimiento interior. A este nivel, el silencio se confunde con la soledad y el aislamiento.

En la tradición cristiana, el silencio ambiental se llama “retiro”, en su sentido de un “alejarse”, “tomar distancia de la cotidianidad”, “hacer un alto en la vida”, “emprender una introspección que nos coloca frente a nuestro Yo, “un descanso”, “un fomento de la espiritualidad”. El retiro es una necesidad-obligación, para mejor vida. Se llama también “ejercicios”, en su sentido de “dedicación”, “esfuerzo”, “tarea – lucha”, para mantenerse bien, sano, en buena condición. Es un tipo de gimnasio del alma, para desarrollar los músculos espirituales. Es el remedio contra la anorexia espiritual que es la “falta de apetito que lleva a enflacar tanto hasta morir”.

En el lenguaje bíblico, se llama “desierto”, un lugar de la confrontación y de lucha, donde el hombre encuentra a su Dios, como el río encuentra a su manantial, para que le diga su nombre verdadero, su misión en la existencia. El desierto es una ubicación necesaria para emprender la peregrinación hacia la Felicidad – Libertad – Tierra Prometida.

Sin embargo, siendo importante, la soledad es ambigua. Puede ser a la vez, para evadir o para buscar la comunicación. Lo que ayuda a deshacer esta ambigüedad es la asunción de los otros silencios.

2. Silencio Corporal. Se trata de la relajación muscular y del aquietamiento del sistema nervioso. El segundo silencio se produce en los nervios y en los músculos que son el componente principal de nuestro cuerpo. Es importante en la salud y en el progreso espiritual. La respiración y la relajación son las puestas de la vida interior. La relajación, prolongación y profundización de la desconexión del ambiente, es importante para el recogimiento y para el despertar.

3. Silencio Afectivo. Es la pacificación progresiva de la persona, la liberación de la ansiedad, el sentimiento de plenitud y bienestar interior, y de profunda armonía interior. El silencio afectivo es la paz, armonía, pacificación, serenidad, integración, orden interior, equilibrio, curación... Ellos no son ausencia de la afectividad, son la afectividad cuando se ha silenciado. “Es aquella paz que no se entiende”.

4. Silencio Mental es:
- El arte de cultivar el pensamiento positivo, destruyendo el negativo. Dice Swami Sivananda: “la cara es el espejo del alma. Cada pensamiento produce una señal profunda en la cara. Un pensamiento divino la ilumina, un pensamiento malo la oscurece” . Los pensamientos negativos (de ansiedad, miedo...) envenenan la vida, envenenando su fuente, la mente; son fuerzas espantosas que destruyen las energías vitales en su misma raíz. Pero, los pensamientos positivos (alegría, gozo, contento, optimismo, valor, sonrisa...) aumentan inmediatamente la capacidad de multiplicar indefinidamente los poderes de la mente. El cuerpo está sano si la mente está sana. El pensamiento es creativo. El positivo crea, construye el mundo. El negativo destruye y tiene capacidad autodestructiva. El pensamiento es un boomerang: un pensamiento negativo es maldito. Daña al que lo ha enviado. Daña después a la persona a la que se dirige. Finalmente daña a la humanidad entera. Si quieres mejorarte, cultiva pensamientos puros, divinos. Por medio de pensamientos positivos de paz, amor, y bondad, puedes vencer todos los obstáculos: el miedo, el odio y la maldad.

- El observar sin pensar, observando como un espectador silencioso cuanto va ocurriendo a fuera y dentro de uno. Se trata de ser perceptivo, sin juzgar ni comprometerse.

CONCLUSIÓN

El corazón conoce lo que la lengua nunca podrá proferir, y lo que los oídos jamás podrán escuchar (Gibran) Hoy en día, se pretende acabar con el silencio, hacerlo desaparecer. Al hombre le da miedo el silencio, le provoca escalofríos, pues lo obliga a dar cuenta de sí mismo. Y eso lo inquieta. Sin embargo, lejos de ser un enemigo, el silencio debe ser acogido como el mejor aliado del hombre hoy. El silencio nunca es una actitud egoísta; el verdadero es presencia, no ausencia; fuente de energía e irradiación no ensimismamiento; despliegue no repliegue. En efecto, para derramarse, es indispensable primero llenarse. El silencio no es una amenaza, sino un excelente lugar de encuentro y conexión con lo más profundo de nuestro ser. Sólo así, podremos ir al encuentro con el otro, amándolo con un corazón indiviso, no disperso.




Kitimbwa Lukangakye

Steve Jobs conferencia magistral parte II

Steve Jobs Parte I conferencia magistral sobre la vida

Lance Armstrong sobreviviente del cancer


Ciclista estadounidense. Considerado uno de los mejores de la historia, ya que ha ganado siete veces el Tour de Francia, algo que ningún otro ha logrado. Además se ha convertido en una leyenda por haber superado un cáncer de testículos. Una vez recuperado, además de obtener estas victorias que lo consagraron a la fama mundial, creó la Fundación Lance Armstrong -para la lucha contra el cáncer- y escribió varios libros contando su increíble historia.


Un ejemplo de cómo superar lo peorNació en Austin, Texas, el 18 de septiembre de 1971. Su madre, Linda Mooneyham, fue el principal apoyo para que él se dedicara al deporte. Primero practicó la natación, y a los 13 descubrió el Triatlón, siendo a los 16 años un profesional de esta disciplina. Pero al poco tiempo se pasó al ciclismo.


En 1992 Lance debutó como profesional con el Motorola en la Clásica de San Sebastián. Un año después, en Verdún, conquistó su primera etapa del Tour de Francia; y luego ganó en el Campeonato del Mundo de Oslo. En 1995 volvió a ganar una etapa en Francia y consiguió su primera victoria en una prueba larga en el Tour Du Pont. En 1996 ganó la Flecha Valona.
Pero en octubre de ese año se le detectó un cáncer testicular con metástasis pulmonar y cerebral, por lo que su carrera como ciclista y su vida comenzó a tambalear. El equipo francés Cofidis rompió su contrato, sin embargo más adelante un equipo patrocinado por el U.S. Postal Service lo contrató, aunque por mucho menos de lo que solía cobrar, y así en 1998 regresó en la París-Niza.


Esta competencia no resultó del todo esperanzadora, y Lance llegó a pensar en una posible renuncia. No obstante, luego de idas y vueltas, se propuso ganar una de las carreras más importantes del mundo, el Tour de Francia, lo cual logró en 1999. A este triunfo se sumaron otras seis victorias consecutivas.


De esta manera superó el record que tenía Miguel Induráin (con cinco tour de Francia ganados). En agosto de 2005, tras haber obtenido su séptimo Tour y haberse retirado del ciclismo de competición, surgieron en Francia rumores de dopaje; y según el diario deportivo francés L'Equipe, los nuevos análisis realizados sobre unas muestras tomadas años atrás al ciclista estadounidense resultaron positivos.


En cuanto a su vida privada, se sabe que en enero de 1997, un mes después de terminar con la quimioterapia, Lance conoció a Kristin Richard, con quien estuvo casado durante cinco años. Con ella tuvo tres hijos, Luke y las gemelas Grace e Isabelle. Tras la ruptura de su matrimonio, el ciclista inició una relación con la cantante estadounidense Sheryl Crow.

Randy Pausch, una leccion de vida y muerte



SERGIO RODRÍGUEZ


MADRID.- El 18 de septiembre de 2007, el profesor y científico Randy Pausch tenía previsto dirigirse a 400 estudiantes y colegas de la Universidad Carnegie Mellon para cumplir con una tradición académica denominada 'Última lección' (Last Lecture). Lo que nadie se esperaba es que abriese su intervención con un anuncio: tenía cáncer de páncreas y los médicos le daban entre tres y seis meses de vida. "Es lo que es y no podemos cambiarlo", aseguró, antes de afrontar la charla con un humor y sentido común que le convirtieron en una celebridad.


'Cómo cumplir verdaderamente los sueños de tu infancia' se tituló aquella última lección sobre la perseverancia, una lección de vida y muerte que, gracias a Internet, se convirtió en un éxito mundial y, después, en un libro escrito junto a Jeff Zaslow, reportero del 'Wall Street Journal', titulado 'The Last Lecture'. Hoy es un 'best-seller' que ha llegado a 32 idiomas y ha vendido más de cinco millones de ejemplares.


Incluso Oprah Winfrey llevó a este profesor, pionero de la realidad virtual y fan de Star Trek a su 'show', donde Pausch dio una versión corta de su intervención en la Carnegie Mellon a millones de personas. Un discurso de aproximadamente una hora y cuarto de duración que en YouTube ha sido visto más de tres millones de veces.


"Estoy intentando meterme en una botella que un día aparecerá en la playa para mis hijos", aseguró en aquella lección para intentar explicar sus motivos. No en vano, Pausch, considerado como una de las 100 personas más influyentes por 'Time', insistía en que tanto su charla como su libro estaban preparados para sus hijos, una audiencia de cinco, dos y un año.


Para intentar frenar el cáncer, este profesor se sometió a agresivas cirugías y quimioterapia experimental. Pero la enfermedad siguió su curso y casi 10 meses después de anunciarlo, Pausch falleció en su casa de Chesapeake, Virginia, a los 47 años. Sus últimos meses de vida fueron una verdadera crónica de una muerte anunciada y amplificada por su éxito global en la Red.


Seis sueños hechos realidad


"La experiencia es lo que logras cuando no consigues lo que quieres", escribe en 'The Last Lecture' este científico que no será recordado por sus descubrimientos. "Tocó a muchas personas porque fue auténtico", aseguró a Los Angeles Times Jeff Zaslow, coautor del libro. "Estoy en mejor forma que muchos de vosotros", clama Pausch tras anunciar el cáncer en su 'última lección' antes de ponerse a hacer flexiones.


No quiso hablar de cáncer, sino de sus seis sueños infantiles: estar en gravedad cero, jugar en la NFL, firmar un artículo en la enciclopedia 'World Book', ser el Capitán Kirk, ganar un peluche y ser un creativo de Disney. Consiguió cumplirlos todos, íntegros o en versiones reducidas.


No llegó a Capitán Kirk, pero gracias a su popularidad, el director J. J. Abrams le invitó a interpretar un papel con una línea de texto en la última película de Star Trek, que se estrenará en 2009. También tuvo sus 25 segundos de ingravidez gracias a la NASA. Y la enciclopedia 'World Book' le invitó a escribir su entrada sobre 'realidad virtual', materia en la que es experto.
Tampoco logró su sueño de convertirse en creativo de Disney, pero si les ayudó con algunas atracciones de realidad virtual para Disney World. Y su sueño de jugar en la NFL se vio cumplido a medias cuando, un mes después de su lección, fue invitado a recibir pases en un entrenamiento de los Pittsburgh Steelers.


En la Universidad Carnegie Mellon destacan su "enorme impacto". Jared L. Cohon, presidente del centro, aseguró en un comunicado que su "amor por la enseñanza, su sentido del humor y su brillantez" se unieron para crear Alice, un programa para niños que en un entorno de dibujos amigables les enseña los primeros pasos de la programación.


También aprovechó su fama para llamar la atención sobre la necesidad de investigar el cáncer, sin perder nunca su sentido del humor, heredado de su madre: "Tras doctorarme, mi madre me presentaba así: "Éste es mi hijo. Es doctor, pero no de los que ayudan a la gente", decía sobre ella, que todavía vive y que, por suerte, se equivocó por completo en su predicción.

Randy Pausch una leccion de vida

El sentido de vida


Es un día normal, estás haciendo tus actividades habituales, compartiendo con tus familiares y amigos, cuidando de tus hijos, y de manera repentina te haces consciente de algo “evidente”, pero inevitable: undía morirás. ¿Cuál es la sensación que despierta al darnos cuenta de esta realidad? ¿Miedo? ¿Frustración? ¿Tristeza? ¿Valor? ¿Confianza? Muy seguramente, aquella sensación se ha originado de tu percepción de cómo has vivido hasta este momento.


Actualmente nos encontramos en un mundo donde impera la prisa, la emoción, el ímpetu. Nuestra vida gira en torno a lo exprés, a lo inmediato, ya no estamos acostumbrados a esperar y cuando las circunstancias nos exigen aguardar, como sucedería en una fila del supermercado o del banco, nos enojamos o buscamos estrategias para pasar rápidamente. Vivimos en una sociedad donde llegar a la meta lo más pronto posible – y si es viable, sin obstáculos – es el mayor logro del hombre. “El fin justifica los medios”.


Ante todo este panorama, no entiendo por qué nos sigue sorprendiendo encontrar personas que sienten un gran “vacío existencial”. Personas que cuentan con un trabajo estable, con una familia, sin grandes preocupaciones económicas. Personas que se quejan de no tener tiempo durante la semana, pero cuando llega el domingo, se quejan de no tener nada qué hacer, de estar aburridos. Hombres y mujeres que parece que lo tienen “todo”, pero que al parecer, por dentro, no tienen “nada”. Han cuidado de su cuerpo, se han esforzado por cultivar su intelecto, pero han pasado por alto velar por su espíritu.


Para la corriente existencialista, el ser humano está conformado por el soma (cuerpo), psique (mente) y logos (espíritu). Desde esta visión se abre todo un nuevo panorama, una visión que permite ver al hombre desde nuevos horizontes, tomando en cuenta la parte más eminentemente humana: el espíritu. Esta perspectiva cambia completamente las bases en que se fundamentan las distintas escuelas psicológicas, que en general tienen una visión psicosomática, cognitiva y social del ser humano. La ausencia de espiritualidad cercena lo más distintivo del hombre y éste queda atado a los condicionamientos, ya sean biológicos, psicológicos o socioeconómicos.


Logos, es decir, espíritu, no hace referencia a una dimensión espiritual, que si bien forma parte, no la define por completo. Logos es tomado en su acepción de “sentido”, es decir, la dimensión del ser humano que es capaz de trascender, donde radica la voluntad y la libertad. Sólo ésta es capaz de elevarse por encima de las circunstancias, decidiendo libremente sobre las muchas situaciones y eligiendo por propia voluntad, aquella que nos permite encontrarle un sentido y actuando conforme a ella de manera responsable.
En la naturaleza del hombre ha existido siempre y existirá hasta el fin de los tiempos, la necesidad de preguntarse por el sentido de su vida. El algo que llevamos de manera inherente. Y a pesar de que muchas corrientes ideológicas intentan explicarlo con la biología, la genética, la psicología, la filosofía, todos ellas caen en el error de reducir al ser humano a alguna de éstas, y se olvidan que el ser humano en su unidad es cuerpo, mente y espíritu.


Si el sentido es aquello que buscamos, el sinsentido vendría a ser un agujero, un hueco en nuestra vida que se hace presente de manera repentina. En cuanto lo sientes, surge la necesidad de salir corriendo a “llenarlo”, porque al final de cuentas, es una “necesidad”. Es por ello que intentamos llenar nuestros vacíos existenciales con “cosas”, que de manera inmediata producirán satisfacción: saturando nuestras vidas de placer, de lujos, de comodidad; comiendo más allá de nuestras necesidades; teniendo sexo promiscuo; o quizás volcándonos exclusivamente al trabajo (adicción al trabajo, o workoholic); conformándonos con los acontecimientos; o llenar nuestra vida de preocupaciones. Cualquiera que sea la forma de intentar llenar esa sensación que produce un hueco en alguna parte de nosotros, no lo logra. Por el contrario, la sensación se hace cada vez mayor, y aquello con lo cual intentamos hacerlo desaparecer no es suficiente, por lo que requieres de cada vez más y más. Y cuando parece no existir nada que pueda alejarnos de este vacío, de alejar esta sensación, la muerte empieza a ser una opción.


La búsqueda del ser humano por encontrar un sentido de vida constituye una fuerza primaria. Dicho sentido es único y específico para cada una de las personas, y corresponde a cada uno encontrarlo. Más que preguntar “qué puedo esperar de la vida”, hay que preguntarnos de manera personal: ¿qué espera la vida de mí? ¿Hay algo que puedo hacer yo y nadie más que yo? ¿Existe algún proyecto que desearía muchísimo realizar? ¿Acaso he dejado de hacer aquello que tanto me apasionaba por causa de los “deberes” del mundo? ¿Puedo ser testimonio de la libertad del ser humano al trasformar la tragedia, la enfermedad, el fracaso en un logro personal? ¿Soy capaz de amar a alguien?


“Sólo la muerte es lo que da sentido a la vida”, ya que al darnos cuenta de nuestra existencia es breve, tendemos a encontrar la manera de trascender, de dejar “huella”. Así que, a pesar de todos los problemas con los que tengamos que enfrentarnos, la vida vale la pena ser vivida, y más aún cuando el hombre pone en práctica la fuerza de oposición del espíritu frente al destino. El sentido quizás cambie, pero nunca faltará. En realidad, tan sólo existe un problema verdaderamente serio, y es juzgar si la vida vale o no la pena ser vivida. Y la vida vale la pena, porque hay razones, hay muchos motivos por los cuales vivir, y esto es lo que le da sentido a la existencia humana.


Edgardo Flores HerreraUniversidad Autónoma de YucatánFacultad de Psicología

lance armstrong un sobreviviente resiliente

Logoterapia reseña historica

Breve Reseña de Logoterapia

Fundamentos, métodos y técnicas.


La historia del Análisis Existencial y la Logoterapia está estrechamente ligada a su fundador Viktor E. Frankl.A muy temprana edad hace consciencia de la temporalidad de la vida y empieza a cuestionarse sobre su sentido: “¿Para qué vivimos si un día tendremos que morir?” Esta pregunta lo acompaña en su adolescencia y juventud donde ya se había sembrado -sin que él lo supiera- la semilla de la Logoterapia. Siendo muy joven, se involucra en proyectos comunitarios donde se da atención a jóvenes que sufrían los estragos de la primera guerra mundial: falta de oportunidades, desempleo, falta de sentido. Ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena y se interesa por los planteamientos de Sigmund Freud y su psicoanálisis. Mantiene correspondencia con él –aunque vivían en la misma ciudad- y por petición del propio Freud es invitado a publicar su primer artículo en la Revista Internacional de Psicoanálisis cuando tenía apenas 19 años.

Al terminar su formación como médico se especializa en Neuropsiquiatría y partiendo del psicoanálisis freudiano y de la psicología individual de Alfred Adler, -escuelas que en un momento lo fascinaron pero que no lo convencieron totalmente-, desarrolla su propio enfoque en el que abarca también la dimensión noética del ser humano para enriquecer y rehumanizar el trabajo psicoterapéutico.Viktor Frankl se oponía al psicologismo de la época y rechazaba el determinismo del psicoanálisis -“infancia es destino”- defendiendo la libertad humana y su capacidad de auto-determinación. La visión del ser humano que distingue el Análisis Existencial frankliano incluye conceptos fenomenológico-antropológicos como la libertad, la responsabilidad, la capacidad de auto-distanciamiento y auto-trascendencia, el valor único del ser persona, la incondicionalidad del sentido de la vida, la multidimensionalidad del ser y la consciencia como ‘órgano’ del sentido.

La Logoterapia como la aplicación clínica del Análisis Existencial se puede describir como una forma de psicoterapia cuya motivación final es aplicable a la existencia concreta de la persona, en su contexto global, orientada a la solución, para beneficio de la persona y de la comunidad y por lo tanto centrada en el sentido. Por esta visión y sus conceptos, la Logoterapia es considerada una forma de psicoterapia “existencial-humanista”. Es también conocida a nivel mundial como la Tercera Escuela de Psicoterapia Vienesa después del Psicoanálisis y la Psicología Individual. Su concepto de la “voluntad de sentido” como motivación central de la persona resalta las áreas sanas de la personalidad capaces de sanar, disminuir o apartar los síntomas patológicos para crear una nueva organización de la experiencia y conductas individuales orientadas hacia el sentido.

Los métodos y técnicas con los que trabaja la Logoterapia se utilizan en el trabajo con algunas neurosis psicógenas, neurosis noógenas y en la modificación de actitudes y conductas disfuncionales. Ésto a nivel correctivo, sin embargo, la Logoterapia tiene una amplísima aplicación a nivel preventivo orientando a la persona hacia un estilo de vida de conservación de la salud mental.

victor frankl y la motivacion con logoterapia

victor frankl y la logoterapia